La pequeña Andrea colmaba de felicidad nuestras vidas, nada parecía poder hacernos más dichosos, entonces , un dia, empezó a crecer en mi cuerpo otra pequeña vida, de nuevo estaba embarazada, todo iba muy bien, a los pocos dias empezaron las molestias normales de un embarazo, uf! que mal me sentía con ese malestar todo el día... y empezaron mis dudas, ( me encuentro tan mal....Dios mío ¿podré querer a esta criatura tanto como a mi niña?) fue pasando el tiempo muy despacio porque yo me encontraba muy mal, aunque dentro de mi todo estaba bien, el último mes fué eterno, qué pesada estaba, me dolía la espalda, me molestaban las piernas, me daban contracciones... hasta que llegó ese domingo en que Erika decidió llamar a la puerta. Todo marchaba bien, yo estaba muy tranquila, fué pasando el dia que intenté que fuera lo más normal posible sobrellevando mis contracciones cada vez mas fuertes, pasado el medio dia decidimos ir al hospital pues ya las contracciones eran muy seguidas, allí seguí dilatando, todo marchaba bien, entre contracción y contracción yo pensaba "¿como será, la querré tanto?" decidí ponerme la epidural, al volver de ponermela y ponerme el monitor, pudimos ver que algo no iba bien, algo se había complicado y a mi pequeña se le dejaba de escuchar el latido cardíaco, los medicos corrieron a hacerme una cesarea, había que sacar a Erika rápido, y fué muy rápido, pero qué miedo pasé! al fin escuché el potente llanto de mi pequeña que yo acompañé con el mío, en ese momento se disiparon todas las dudas que había tenido en aquellos nueve largos meses, me dí cuenta de que tenía en mi pecho calmando su llanto otro pedacito de mi corazón como el que ya tenía en casa, igual, desde entonces ví que la capacidad de amar de una madre no tiene fin, hoy tengo a mis dos tesoros y ya no me imagino como podría pasar la vida sin ninguna de las dos.
Esta fué una de las preciosas experiencias que he vivido gracias a la maternidad y que sé, que seguirán sucediéndome mientras tenga este papel de madre que las mujeres tenemos la suerte de desempeñar.
Irene López
Socia de Vinculo Materno
